Tratamiento de la obesidad

Tratamiento de la Obesidad
La obesidad es un trastorno complejo cuya principal característica es la acumulación excesiva de de grasa corporal. Además de un problema estético es, principalmente, un problema de salud. En nuestra consulta médica especializada te ayudamos a encontrar la mejor solución posible.


¿Qué es la obesidad?
Síntomas
Causas
Factores de riesgo
Complicaciones
Calidad de vida
Análisis y diagnósticos
Tratamientos
Cambios en la dieta
Consulte a un especialista

¿QUÉ ES LA OBESIDAD?

La excesiva acumulación de grasa corporal puede tener múltiples causas y, generalmente, la complejidad de estas impide al propio afectado solucionarlo por sus propios medios.

Además del evidente problema estético, la obesidad incrementa el riesgo de enfermedades y problemas de salud, tales como enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta, niveles elevados de colesterol, etc.

Cuanto mayor es el nivel de sobrepeso mayores son las probabilidades de sufrir alguno o varios de estos problemas.

Por el lado positivo, una modesta bajada de peso, junto con un ligero aumento de la actividad física y una dieta más equilibrada disminuyen considerablemente los riesgos para la salud.

 

SÍNTOMAS

Habitualmente se utiliza el índice de masa corporal (IMC) como indicativo del nivel de sobrepeso. Este índice se calcula dividiendo el peso en KG por la altura al cuadrado (en metros). Por ejemplo si pesas 75KG y mides 1,60m tu índice de masa corporal es de 29 ( IMC= 75/(1,6*1,6) ). Se considera obesidad un IMC superior a 30.

IMC Estado del peso
Inferior a 18,5 Bajo peso
De 18,5 a 24,9 Normal
De 25,0 a 29,9 Sobrepeso
De 30,0 a 34,9 Obesidad (clase I)
De 35,0 a 39,9 Obesidad (clase II)
40,0 o superior Obesidad extrema (Clase III)

El IMC sólo debe considerarse como un indicador aproximado, no una medición real del nivel de grasa, ya que algunos atletas muy musculosos pueden tener un IMC correspondiente a una persona obesa.

Si crees que puedes tener obesidad o te preocupa algún problema de salud relacionado con el sobrepeso, es muy recomendable consultar con un médico especializado que pueda evaluar los riesgos para tu salud y analizar las diversas opciones para solucionarlo.

 

CAUSAS

Aunque hay claras influencias genéticas, de comportamiento y hormonales para el peso corporal, la obesidad sobreviene cuando se ingieren habitualmente más calorías de las que se queman con con las actividades cotidianas y el ejercicio. El exceso de calorías no quemado se almacena en forma de grasa.

Hay casos en que la obesidad tiene un origen médico, como puede ser el síntoma de Prader-Willi, el síndrome de Cushing u otros trastornos o enfermedades. Aunque esto es poco habitual. La mayoría de las veces las causas de la obesidad son las siguientes:

  • Inactividad: La falta de actividad física comporta quemar pocas calorías. Cuando se tiene un estilo de vida sedentario es muy fácil ingerir habitualmente más calorías que las que se queman con la actividad diaria.
  • Dieta y hábitos alimentarios poco saludables: Los hábitos alimentarios inadecuados hacen casi inevitable que habitualmente si ingieran más calorías que las que se queman. La dieta de la mayoría de occidentales contiene demasiadas calorías, y está repleta de comida rápida y bebidas azucaradas.

Círculo vicioso del sobrepeso

 

FACTORES DE RIESGO

La obesidad se produce, por lo general, debido a una combinación de causas y factores que contribuyen a ella, entre ellos:

  • Genética. Tus genes podrían afectar la cantidad de grasa corporal que almacenas y dónde se distribuye esa grasa. La genética también puede cumplir un rol respecto de la eficiencia con que el cuerpo convierte los alimentos en energía y cómo quema calorías durante el ejercicio.
  • Estilo de vida de la familia. La obesidad tiende a presentarse en toda la familia. Si uno de tus padres o ambos son obesos, tu riesgo de ser obeso es mayor. Esto no se debe solo a la genética. Los familiares tienden a compartir hábitos alimentarios y de actividad similares.
  • Inactividad. Si no haces mucha actividad, no quemas tantas calorías. Si tienes un estilo de vida sedentario, es muy fácil que todos los días ingieras más calorías de las que quemas cuando haces ejercicio y realizas actividades cotidianas normales. Tener problemas médicos, como artritis, puede suponer menos actividad, lo que contribuye al aumento de peso.
  • Dieta no saludable. Una dieta con muchas calorías, con mucha comida rápida, bebidas altamente calóricas y con porciones demasiado grandes, pero pocas frutas y vegetales contribuye al aumento de peso.
  • Problemas médicos. En algunas personas, la obesidad puede tener una causa médica, como el síntoma de Prader-Willi, el síndrome de Cushing u otros trastornos. Los problemas médicos, como la artritis, también pueden hacer disminuir la actividad física, lo que puede provocar el aumento de peso.
  • Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos pueden provocar aumento de peso si no los compensas con dieta o con actividad física. Entre estos medicamentos, encontramos a algunos antidepresivos, medicamentos anticonvulsivos, medicinas para la diabetes, medicaciones antipsicóticos, esteroides y betabloqueantes.
  • Problemas sociales y económicos. La investigación ha vinculado la obesidad con factores sociales y económicos. Es difícil evitar la obesidad si no tienes lugares seguros para hacer ejercicio. De manera similar, es posible que no te hayan enseñado formas saludables de cocinar o quizá no tengas dinero para comprar alimentos más saludables. Además, la gente con la que pasas tiempo puede influir en tu peso —es más probable que seas obeso si tienes amigos o familiares que lo son—.
  • Edad. La obesidad puede ocurrir a cualquier edad, incluso, en niños pequeños. Sin embargo, a medida que envejeces, los cambios hormonales y un estilo de vida menos activo aumentan el riesgo de padecer obesidad. Asimismo, la cantidad de músculo en el cuerpo tiende a disminuir con la edad. Esta menor masa muscular produce una disminución en el metabolismo. Estos cambios también reducen las calorías que necesitas, por lo que pueden hacer que resulte más difícil evitar el exceso de peso. Si no controlas de forma consciente lo que comes y no haces más actividad física a medida que envejece, es probable que aumentes de peso.
  • Embarazo. Durante el embarazo, las mujeres forzosamente aumentan de peso. Para algunas mujeres, después del nacimiento del bebé, es difícil perder ese peso que aumentaron. Ese aumento de peso puede contribuir al desarrollo de la obesidad en las mujeres.
  • Dejar de fumar. Con frecuencia, dejar de fumar está asociado con el aumento de peso. Y, en algunos casos, dejar de fumar puede hacer que las personas aumenten tanto de peso que se vuelven obesas. Sin embargo, a largo plazo, dejar de fumar sigue siendo más beneficioso para la salud que seguir fumando.
  • Falta de sueño. No dormir lo suficiente o hacerlo en demasía puede provocar cambios hormonales que aumentan el apetito. También es posible que sientas ganas de comer alimentos con alto contenido de calorías e hidratos de carbono, que pueden contribuir al aumento de peso.

Aun cuando tengas uno o más de estos factores de riesgo, no significa que estés destinado a ser obeso. Puedes contrarrestar la mayoría de los factores de riesgo mediante una dieta, actividad física y ejercicio, así como a través de cambios de comportamiento.

 

COMPLICACIONES

Si eres obeso, es más probable que manifiestes diversos problemas de salud graves, tales como:

  • Triglicéridos altos y colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) bajo
  • Diabetes tipo 2
  • Presión arterial alta
  • Síndrome metabólico: combinación de alto nivel de azúcar en sangre, presión arterial alta, triglicéridos altos y colesterol HDL bajo
  • Enfermedad cardíaca
  • Accidente cerebrovascular
  • Cáncer, como cáncer de útero, cuello uterino, endometrio, ovarios, mama, colon, recto, esófago, hígado, vesícula, páncreas, riñón y próstata
  • Trastornos respiratorios, como apnea del sueño, un trastorno del sueño potencialmente grave en el que la respiración se detiene y se reanuda en forma repetida
  • Enfermedad de la vesícula
  • Problemas ginecológicos, como esterilidad y períodos menstruales irregulares
  • Disfunción eréctil y problemas de salud sexual
  • Enfermedad por hígado graso no alcohólico, una afección en la que se acumula grasa en el hígado, lo que puede causar inflamación o cicatrización
  • Artrosis

 

CALIDAD DE VIDA

La obesidad puede disminuir tu calidad de vida general. Es posible que no puedas hacer cosas que hacías antes, como participar en actividades placenteras. Tal vez evites los lugares públicos. Las personas obesas incluso pueden sufrir discriminación.

Otros problemas relacionados con el sobrepeso que pueden afectar tu calidad de vida son:

  • Depresión
  • Discapacidad
  • Problemas sexuales
  • Vergüenza y culpa
  • Aislamiento social
  • Menor rendimiento en el trabajo

 

ANÁLISIS Y DIAGNÓSTICOS

Si tu IMC está en el nivel de obesidad, nuestra consulta especializada en tratamiento de la obesidad generalmente revisará tus antecedentes médicos minuciosamente, te realizará una exploración física y recomendará algunas pruebas.
Por lo general, estos exámenes y pruebas comprenden:
  • Elaborar tus antecedentes médicos. Es posible que el médico revise tus antecedentes de peso, esfuerzos para perder peso, hábitos de ejercicio, patrones alimenticios, otras enfermedades que hayas tenido, medicamentos, niveles de estrés y otras cuestiones sobre tu salud. También podría revisar los antecedentes médicos de tu familia para saber si tienes una predisposición a determinadas enfermedades.
  • Una exploración física general. Esto también implica medir tu estatura; verificar tus signos vitales, como frecuencia cardíaca, presión arterial y temperatura; escuchar el corazón y los pulmones; y examinar el abdomen.
  • Calcular tu IMC. El médico verificará tu índice de masa corporal (IMC) para determinar tu nivel de obesidad. Esto debería hacerse al menos una vez al año. Tu IMC también ayuda a determinar tu riesgo de salud general y el tratamiento que podría ser adecuado.
  • Medir la circunferencia de la cintura. La grasa almacenada alrededor de la cintura, a veces denominada grasa visceral o abdominal, podría aumentar tu riesgo de desarrollar enfermedades, como diabetes o enfermedad cardíaca, en mayor medida. Las mujeres con una medición de cintura (circunferencia) superior a 35 pulgadas (80 cm) y los hombres con una medición de cintura superior a 40 pulgadas (102 cm) podrían tener más riesgos para la salud que las personas con mediciones de cintura más pequeñas. Al igual que con la medición del IMC, la circunferencia de la cintura debería realizarse al menos una vez al año.
  • Controlar otros problemas de salud. Si tienes problemas de salud conocidos, nuestro médico los evaluará. También verificará otros problemas de salud posibles, como presión arterial alta y diabetes.
  • Análisis de sangre. Las pruebas que te realices dependerán de tu salud, de tus factores de riesgo y de los síntomas actuales que estés teniendo. Las pruebas pueden consistir en análisis de colesterol, prueba de la función hepática, glucosa en ayunas, análisis de tiroides, entre otras. El médico también puede recomendar que te realices algunos exámenes del corazón, como un electrocardiograma.
Reunir toda esta información los ayudará a ti y a nuestro médico a determinar cuánto peso debes perder y qué problemas de salud o riesgos tienes actualmente. Esto servirá para guiar las decisiones del tratamiento.

 

TRATAMIENTOS

El objetivo del tratamiento contra la obesidad es alcanzar y mantener un peso saludable.
El objetivo inicial del tratamiento suele ser una pérdida de peso moderada —del 3 al 5 por ciento de tu peso total—. Esto significa que si pesas 90 kg y estás obeso según el índice de masa corporal, solo tendrías que bajar alrededor de 3 kg a 5 kg para que tu salud empiece a mejorar. Sin embargo, cuanto más peso pierdas, mayores serán los beneficios.
Todos los programas para la pérdida de peso requieren cambios en tus hábitos alimentarios y un aumento de la actividad física. Los métodos de tratamiento más adecuados para ti dependen de tu grado de obesidad, tu salud general y tu buena disposición para participar en un plan de pérdida de peso.
Las siguientes son otras herramientas de tratamiento:
  • Cambios en la dieta
  • Ejercicio y actividad física
  • Cambios en el comportamiento
  • Medicamentos con receta para la pérdida de peso
  • Cirugía para bajar de peso
Ejercicio moderado contra la obesidad

 

CAMBIOS EN LA DIETA

Reducir las calorías y adoptar hábitos de alimentación más saludables es fundamental para superar la obesidad. Aunque puedes bajar de peso rápidamente al principio, la pérdida de peso lenta y constante a largo plazo se considera la manera más segura de bajar de peso y el mejor modo de no volver a aumentar de peso.
Evita las dietas drásticas y poco realistas, como las dietas «relámpago», porque es poco probable que te ayuden a no volver a aumentar de peso a largo plazo.
Prepárate para participar en un programa integral de pérdida de peso durante, al menos, seis meses y, en una etapa de mantenimiento de un programa, durante, al menos, un año para aumentar tus posibilidades de éxito de bajar de peso.
No existe una dieta perfecta para bajar de peso. Nuestro médico te ayudará a escoger una que incluya alimentos saludables y que creas que te resultará. Los cambios en la dieta para tratar la obesidad consisten en lo siguiente:
  • Reducir las calorías. La clave para bajar de peso es reducir la cantidad de calorías que ingieres. Junto con nuestro médico, puedes revisar tus hábitos de alimentos y de bebidas para saber cuántas calorías consumes normalmente y cómo puedes reducirlas. Conjuntamente podéis decidir cuántas calorías tienes que ingerir por día para bajar de peso, pero la cantidad normal es de 1200 a 1500 calorías para las mujeres y entre 1500 y 1800 para los hombres.
  • Sentirte satisfecho comiendo menos. El concepto de densidad energética puede ayudarte a satisfacer el hambre con menos calorías. Todos los alimentos tienen una determinada cantidad de calorías para una cierta cantidad (volumen). Algunos alimentos —como los postres, los dulces, las grasas y los alimentos procesados— tienen una densidad energética alta. Esto quiere decir que un volumen pequeño de ese alimento tiene muchas calorías. Por el contrario, otros alimentos, como las frutas y los vegetales, tienen una densidad energética menor. Estos alimentos te permiten comer porciones más grandes, pero menos calorías. Al comer porciones más grandes de alimentos que tienen menos calorías, reduces la sensación de hambre, consumes menos calorías y te sientes mejor con la comida, lo que aumenta la sensación de bienestar general.
  • Elegir opciones más saludables. Para que tu dieta sea más saludable, come más alimentos vegetales, como frutas, verduras e hidratos de carbono provenientes de granos integrales. Además, elige fuentes magras de proteínas —como lentejas y soja— y carnes magras. Si te gusta el pescado, trata de comerlo dos veces por semana. Limita la sal y el azúcar agregada. Elige lácteos que tengan un contenido graso bajo. Come pequeñas cantidades de grasa y asegúrate de que provengan de fuentes saludables para el corazón, como los aceites de oliva y los frutos secos.
  • Restringe ciertos alimentos. Determinadas dietas limitan la cantidad de un grupo de alimentos en particular, como los alimentos que tienen un contenido alto de hidratos de carbono o de grasa. Nuestro médico de indicará qué planes dietéticos han resultado efectivos y cuáles podrían resultarte útiles. Las bebidas endulzadas con azúcar son una manera segura de consumir más calorías que lo deseado, por lo que limitarlas o eliminarlas por completo es una buena idea para empezar a reducir el consumo de calorías.
  • Reemplazos alimentarios. Algunas personas tienen problemas para preparar alimentos siguiendo la dieta establecida por falta de tiempo o por otros motivos. Para estos casos disponemos de métodos como el PronoKal®, que disponen de toda una serie de comidas preparadas con alto contenido en proteínas. Nuestro médico puede prescribir estos alimentos de PronoKal en caso de lo vea adecuado para su caso y hacer seguimiento de correcto uso.
  • Desconfía de las soluciones rápidas. Las dietas de moda que prometen una pérdida de peso rápida y fácil pueden ser tentadoras. Pero la realidad es que no existen alimentos mágicos ni soluciones rápidas. Las dietas de moda pueden ayudar a corto plazo, pero los resultados a largo plazo no parecen ser mejores que los de otras dietas.
De manera similar, puedes adelgazar con una dieta relámpago, pero es probable que recuperes el peso perdido cuando termines la dieta. Para perder peso y no recuperarlo, tienes que adoptar hábitos de alimentación saludables que puedas mantener con el tiempo.

 

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Le propondrá un tratamiento a medida de sus circunstancias y, gracias a las visitas de seguimiento, irá realizando ajustes para maximizar su eficacia hasta conseguir el resultado deseado.
 
Llame de 9h a 18h (de lunes a viernes) al 93 408 51 25 para concertar una primera visita gratuita. También puede escribirnos a obesitat@bgasalud.com o a través del siguiente formulario.